Seattle Times

2 de julio de 2015
Por el personal de negocios del Seattle Times

Kenneth Ott, empleado de Jamco America, murió un mes después de que le explotara en la cara una bolsa de aire del cinturón de seguridad el pasado otoño.

Boeing y un proveedor han sido demandados por la familia del trabajador que resultó mortalmente herido al explotar en noviembre una bolsa de aire del cinturón de seguridad que estaba sustituyendo en un 777.

El accidente se produjo en un 777 estacionado en la línea de vuelo de la fábrica de Boeing en Everett, cuando los trabajadores de dos contratistas fueron llamados para ocuparse de una bolsa de aire del cinturón de seguridad que se había descargado sin motivo aparente.

Kenneth Otto sufrió lesiones masivas en la cabeza cuando la unidad de reemplazo que estaba instalando se infló de forma explosiva. Murió casi un mes después en el Centro Médico Harborview. 

También ha demandado a Boeing y al fabricante de airbags AmSafe Christopher Gee, que asistía a Otto y sufrió lesiones físicas y emocionales, según la demanda.

Los airbags de los cinturones de seguridad suelen instalarse sólo en los cinturones de cadera de los asientos de clase business que pueden tumbarse y están inclinados hacia un pasillo, o en los asientos que dan a una pared de mamparo u otra superficie dura. En caso de accidente, el gas altamente presurizado infla el airbag "hacia arriba y lejos del cinturón de cadera, llenando el espacio delante del pasajero", dice la demanda.

La demanda presentada el miércoles en el Tribunal Superior del Condado de King alega que el comprador del avión, Singapore Airlines, descubrió una bolsa de aire descargada en uno de los asientos de la clase business cuando se preparaba para recibir el avión. 

Ni Boeing ni AmSafe llevaron a cabo un examen para averiguar la causa del mal funcionamiento, que más tarde se atribuyó a un cortocircuito en los cables que controlan el dispositivo, según la demanda.