Cómo evitar que el público de su seminario se aburra

(c) 2010 Jay Flynn; Caricatura de Jay Flynn, abogado de lesiones personales, artista, amigo.

(c) 2010 Jay Flynn; Caricatura de Jay Flynn, abogado de lesiones personales, artista, amigo.

Si estás sentado entre el público, viéndote dar una presentación, ¿te sentirías inspirado y con ganas de escuchar más? Seamos sinceros.

Hay una tendencia a centrarse en complacernos a nosotros mismos cuando damos un discurso. Quizá sea porque necesitamos hacer todo lo posible para no mostrar nuestro miedo. O porque intentamos parecer buenos e inteligentes. Cuando nos centramos en nosotros mismos, canalizamos nuestra energía y esfuerzos lejos de nuestro público. A cambio, nuestro público se dormirá.

La mayoría de los abogados que intervienen en los seminarios están muy bien preparados. No se trata de que sepan lo que hacen. La cuestión es si pueden ser mejores profesores. Más entretenidos. Más interesantes. Más atractivos.

JD Schramm, director de la Iniciativa de Maestría en Comunicación de la Escuela de Negocios de Stanford, sugiere que empecemos por escribir el "corazón de nuestro contenido". ¿Cómo le daremos forma? ¿Qué flujo tiene sentido? ¿Qué es lo que más importa a mi audiencia? Qué aspectos deben incluirse y qué elementos son opcionales si el tiempo lo permite".

Otra estrategia consiste en averiguar primero la línea de apertura. La frase que atrapa. Luego, dejar que el flujo se desarrolle de manera que mantenga la atención.

No empieces presentándote y explicando los antecedentes de lo que vas a hacer. Entre de lleno en su discurso. Empiece con una historia (pero evite las historias bélicas, ya que son las que generan más quejas). Plantee una pregunta provocadora. Utilice una buena imagen visual. Empieza con algo divertido. Pero tenga cuidado. Los chistes suelen ser muy difíciles de hacer, a no ser que te resulten naturales.

He aquí una lista de sugerencias para ayudar a optimizar su presentación:

  • Mira al público. Míralos de verdad y relaciónate con ellos.
  • Aumenta tu personalidad.
  • No te quedes en el podio. Pide un micrófono inalámbrico y merodea por el escenario
  • Si te encuentras hablando en un tono monótono, sal de ahí
  • No hables en un tono monótono
  • No hables demasiado rápido para intentar meter todo en tu tiempo
  • Hacer preguntas al público e interactuar con él
  • No te compliques con el equipo. O sabes cómo usarlo, o encuentras a alguien que lo haga por ti, o no lo uses
  • Si te han dado un tema aburrido para hablar, pide permiso para cambiarlo
  • No leas en voz alta los nombres de los casos y las citas legales u otros detalles extremos. Esos deben estar en tu documento.
  • Para fundamentar el discurso, elige un tema.
  • Considere una metáfora u otra construcción lingüística. (Es decir, tengo un sueño...)
  • No intentes imitar a MLK ni a nadie. Sé la mejor versión de ti mismo.
  • Dale un toque de humor al orden del discurso. No seas demasiado lógico.
  • El tiempo del público es precioso. Haga que cada palabra cuente.
  • Estamos condicionados desde pequeños a dar sentido al mundo a través de la narración de historias. Así que cuente una historia. (Sin tocar el tambor).
  • Hablar algo de jerga legal está bien para un público de abogados, pero puede resultar insípido y aburrido. Utilice un lenguaje vívido, concreto y emotivo.
  • Si es posible, haz una demostración. Elige a alguien del público para que te ayude. O haga un acto en solitario. Las demostraciones cinéticas e interactivas son las favoritas del público.
  • Utiliza Powerpoint de forma correcta.
  • No lea su esquema o documento
  • La práctica hace lo más perfecto posible. No hay nada que sustituya a la preparación.