El rostro ilegible revisado.
Escribí sobre el efecto botox en octubre de 2010. La intuición se basa parcialmente en las microexpresiones. Me preocupaba estar en desventaja en un juicio. Qué pasaría si un miembro del jurado o un testigo hubiera sido congelado facialmente. El artículo concluía: "Todo esto significa que es mejor que acepte mis arrugas porque necesito que el jurado crea que soy yo".
Pues bien, ahora nos llega un artículo que debería levantar algunas cejas (o no).
Los psicólogos sociales están descubriendo que las personas que han sido inyectadas son menos capaces de leer las emociones. Creen que esto se debe a que identificamos las emociones en parte imitando las expresiones faciales de los demás. Cuando no podemos imitarlas, somos menos capaces de sentir nuestras propias emociones. Esto puede interferir en nuestra capacidad de empatía.
¡Caramba! Ya está. Ven aquí, querida arruga. Prometo no ponerte botox.