El último graduado
Noelle se graduó ayer en el instituto. En algún lugar de mi interior hay un grito primario frenético esperando a salir. No parece posible.
Ya no hay que hacer malabares con las niñeras para poder ir a trabajar.
O los nombres de los profesores para fingir que los recuerdas.
No más anuncios de la PTSA para escanear.
O partidos de fútbol y tenis a los que asistir.
Se acabaron las despedidas del baile de bienvenida.
O paquetes de papel de construcción del tamaño de Costco para comprar.
Se acabaron las excursiones al juzgado.
O papeles en inglés para editar.
No más avisos de retraso de la biblioteca.
O bocadillos y almuerzos para empacar.
El instituto ha terminado para todas mis chicas. ¡Y tengo que controlarme!