La solución de Fitbit para la oficina
Ana ha empezado el nuevo año con un Fitbit. Su objetivo: añadir pasos a su sedentaria jornada laboral. No es fácil alejarse de su escritorio. Anne siempre tiene más trabajo del que puede realizar.
Entra Nala. Viene a trabajar casi todos los días. Se pasa muchas horas tumbada en el suelo, masticando una vieja cornamenta, escarbando el relleno de su cama y, por lo demás, aburrida. Pero no se queja. Después solemos salir a correr.
Hace unas tres semanas, Anne tuvo un momento de reflexión. Estaba observando a Nala que, como de costumbre, estaba haciendo gala de malos modales y saltando sobre alguien que había entrado en mi despacho para hacer una visita. Hmm, pensó Anne. Y al igual que la mantequilla de cacahuete y la mermelada, las dos almas se unieron.
Nala tiene ahora un nuevo compañero de paseo. Y Anne ha encontrado una forma divertida de añadir entre 1000 y 2000 pasos a su nuevo artilugio cada día.