Cómo conceder una entrevista a Covid TV
Los medios quieren su historia. Recoge una lista de sus familiares. Llame al primer periodista. Dile que mañana a las 11:00. En mi oficina. Tendremos protocolos de distancia social. Ella dice que no se puede. Todavía estamos en la fase 1.5 y no pueden entrar para un reportaje. Hmmm. Fuera de la oficina es un aparcamiento feo. Puzzle por un segundo. Mira la aplicación del tiempo. Mañana lloverá. Le digo que lo haremos en mi terraza cubierta de abajo.
Llama a todos. Explícales que para llegar al piso de abajo deben atravesar el callejón.
Llega la mañana siguiente. El cliente viene con su familia. Informamos.
Los medios de comunicación empiezan a aparecer a las 10:55. Justo a tiempo empieza a llover. No están precisamente distanciados socialmente. Metidos en la cubierta.
El cliente, su madre y yo estamos en sillas con una mesa delante. Muebles de bistro plegables. Una buena barrera. Algunos periodistas ponen micrófonos en la mesa. Unos pocos apoyan sus móviles en ella.
Los periodistas llevan máscaras. Pero las bajan para hablar. El cliente tiene que hablar sin máscara. Si no, será demasiado mudo. Su madre empieza con una, pero se la baja hasta la barbilla. Yo no me quito la mía. Soy casi el único. Deborah Horne y yo.
No me quito el mío. Principalmente porque no quiero tener problemas con mis hijos. Si me lo ven me pondrán en cuarentena. Son muy estrictos.
Todos los periodistas se turnan. La cubierta es larga, pero sólo ancha donde estamos sentados. Debajo de nosotros hay un nivel inferior donde algunos periodistas intentan conseguir un buen ángulo. Hay una fuente rodeada por un arbusto de jazmín. En un momento dado, Natalie Swaby hace una pregunta inclinada sobre la fuente, con trozos de jazmín haciéndole cosquillas en la cara.
El cliente y la madre hacen un trabajo maravilloso.
Más tarde, esa misma noche, Noelle hace una captura de pantalla de mí en las noticias con el pie de foto: Que alguien le diga a mamá que arregle su máscara. En efecto, está torcida. Una oreja se asoma. El otro está tapado. Es una máscara de algodón tipo camiseta y está un poco arrugada. Probablemente pegada a la lengua. Encima, no me tiño el pelo desde enero.
Pero, ¿sabes qué? Al final del día. A pesar de la torpeza de todo el montaje. Este joven y su madre pudieron decir su verdad. Y los medios de comunicación sin quejarse bajo mi cubierta, hicieron lo que tenían que hacer para asegurarse de contar la historia.
Foto: captura de pantalla del vídeo de la oficina de la rueda de prensa de Mike Todd.