La historia de mi increíble sistema inmunológico, 2 vacunas y un refuerzo.

Jueves 23.12.22.

Despierta feliz. He vuelto a Seattle 4 días después de pasar 10 en Manhattan. Fui a un concierto de Bach en el Lincoln Center. Vi Wicked en Broadway. Dos películas en el cine de la calle. Cena italiana con mis vecinos. Corrí alrededor de Central Park todas las mañanas antes del trabajo. Una maravilla.

Hemos terminado nuestro trabajo de fin de año para la sociedad de la empresa. He dado la gran noticia a todos los asociados. Hoy terminaré de decírselo al personal. Pero primero, me voy a decorar galletas con la familia de mi hija. No puedo esperar a verlos. Resopla. Ignóralo.

Preparar a tres clientes para la declaración. Firme. Prepárate para salir. Resopla.

Me hice una prueba de covid el martes, al día siguiente de mi regreso. Era la primera vez que me hacía uno a mí mismo. Fácil. Negativo. Sí. Luego me olvidé de ello. Excepto que los titulares seguían hablando de NY. Sniffle.

El tiempo había sido glorioso en Nueva York. Pero a medida que avanzaba la semana se fue enfriando. Y mi nariz empezó a gotear. Supuse que era un goteo nasal. Una alergia. Lo ignoré.

Y ahora... con las llaves en la mano dispuestas a ver a mi Cristina, Sol y sus bebés sin vacunar... pausa. Queda otra prueba. Sopesar las opciones. Sería muy malo desperdiciarla. Pero más vale prevenir que curar. Aunque mi sistema inmunológico es obviamente increíble. Además miré la tarjeta de vacunas. Tuve el refuerzo el 11 de noviembre - hace sólo 6 semanas. Además, me siento bien excepto por este pequeño goteo.

Haz la prueba. Prepárate para esperar 10 minutos. Toma 1. Positivo.

Llamar a mis chicas. Y empezar a llorar. No porque me sienta mal, porque no es así. Sino porque casi salgo por la puerta y habría expuesto a todo el mundo, incluyendo a las dulces pequeñas.

Continuará.

Foto: The Little Darlings

humanoKaren Koehlercovid-19