Estimados (disgustados) abogados defensores: Nadie les obliga a leer mi blog.
Tras recibir una queja de un abogado defensor de un gran bufete (en papelería del bufete) acusándome de ser poco profesional en mis escritos del blog, he aquí la respuesta (editada un poco para respetar la privacidad del denunciante).
Querida M:
He escrito un blog durante los últimos 15 años. Desde el principio he escrito muchas cosas sobre los abogados defensores que llevan casos contra mí. Y normalmente, aunque no siempre, no son bien recibidas por ellos. Describo sus acciones, sus estrategias, juzgo sus presentaciones. Una vez una abogada estaba tan enfadada conmigo que empezó a actuar durante el receso del juicio. Le dije: tú elegiste leer ese artículo. Yo no te lo envié ni te pedí que lo leyeras. Y ese es el punto número uno.
En el caso del post X, por supuesto que podían leerlo, pero no era mi trabajo asegurarme de que les gustara. Los abogados defensores siempre han revisado mis escritos y podcasts. En ocasiones anteriores me han dicho que era una tarea bastante ardua, ya que soy bastante prolífico. En cualquier caso. En ese blog planteé hipótesis... El hecho de que sea un buen ponderador no significa que estuviera escribiendo sus propios procesos de pensamiento. Si tuviera ese superpoder habría hecho afirmaciones de hecho.
El propósito del blog no era avergonzarte. Deberías estar orgulloso de lo que haces. Pero yo no tengo por qué estar orgulloso del trabajo de defensa realizado por X en nombre de X (que creo que está reñido con los intereses de la buena gente de Seattle). Al igual que mis clientes, disfruto del poder de la primera enmienda. Mi libertad de expresión -en este caso escribir- es un ejercicio catártico, a veces posicional, siempre personal.
A fin de cuentas, seguro que hay muchas razones interesantes por las que un abogado demandante como yo está luchando X en este caso y por las que usted está ayudando a su equipo a defenderlo. Y aunque debemos esforzarnos por llevarnos bien profesionalmente, no es obligatorio que seamos amigos.
Tengo 35 años más que tú en el ejercicio de la abogacía. Lo cual no digo para ser prejuicioso. Sino más bien para hacer el punto. En mi opinión, tu decisión de llamarme poco profesional e indecoroso, aunque equivocada, es una decisión que estoy dispuesto a ignorar en lugar de insistir en ella.
Si quieres hablar de esto conmigo en persona -que según nuestro experto en comunicación es siempre el método 100% preferible para entablar una primera confrontación-, estoy más que dispuesto a hacerlo.
Le deseo lo mejor en su carrera y espero que siga cumpliendo todos sus deseos y esperanzas.
karen
Foto: La imagen de sophie y su padre en el campo de juego = yo contra el gran derecho.