París día 5 L'Gustation

Nos apresuramos para llegar a tiempo a nuestra última clase, atravesamos el Jardín de Luxemburgo, salimos y nos damos cuenta de que no deberíamos haberlo hecho. Nos desviamos, damos marcha atrás y finalmente llegamos un poco tarde. Escuchamos al primer ponente sobre Qui Tam, un tema que no creo que me interese pero que es absolutamente fascinante. Quiero hacer un Qui Tam. Oigo el ruido de la barriga. Hago una pausa rápida. Corro a la pastelería que hay al final de la calle, cojo un pequeño (es pequeño, es... bueno, vale, quizá no sea gigantesco) croissant de almendras y, como es pequeño, también cojo un pain d'raison por si acaso. Vuelvo corriendo a clase y me apaño con los dos. Mucho mejor.

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A mediodía nuestro grupo se reúne para una excursión a la Mouffetarde Marche. Anoche lo buscamos en la Wikipedia francesa traducido al inglés y se llamaba la "vena gorda de la feminidad" o algo así que nos hizo soltar una carcajada y probablemente no era exactamente correcto. Pero es gracioso. En cualquier caso, es una de las calles más antiguas de París y está llena de tiendas de alimentación. Cada uno de nosotros recibe una tarea en francés para ir a recoger un determinado artículo de comida y luego vamos a reunirnos en un restaurante y hacer un picnic. No sabemos muy bien qué significa todo eso, pero nos paseamos por las tiendas. Ed se lleva la terrina de campo porque yo no quiero entrar en la boucherie (esos sitios dan miedo). Y encuentro un lugar que me prepara un delicioso sándwich de falafel, ya que tengo la sensación de que no habrá mucho que comer en nuestro banquete. Hay bonitos expositores de fruta y compro (y me como) media pinta de arándanos y una pinta de frambuesas.

Entramos en el restaurante del 25 de Mouffetard. He olvidado el nombre. Es la 1:30 y nos golpea un olor acre abrumador: es un restaurante de quesos. Nos dirigimos a la parte trasera, dejamos toda la comida que hemos recogido en una mesa auxiliar y nos sentamos en nuestros asientos. Nos traen a cada uno una bandeja de queso y grandes cuencos de ensalada para compartir. Luego vamos añadiendo a nuestros platos la comida que hemos recogido. Es una comida estupenda, muy divertida. Podemos probar todo tipo de cosas. Y yo devoro mi falafel. Somos los únicos que estamos allí hasta tan tarde, así que nos reímos y jugamos durante dos horas de comida. 

Decir au revoir y caminar los veinte minutos de vuelta a nuestro hotel con nuestros nuevos amigos David y Simone. Nos quedamos dormidos a causa de la congestión.

Despertar para hablar por skype con Cristina, que me lleva a conocer su casa en la universidad este año. Salir a correr. Regreso a tiempo para prepararme para la cena. Encuentro con David y Simone en el vestíbulo. Caminar por la calle, encontrarme con Don y Cindy y llegar a nuestro próximo destino La Maison Du Jardin. Mirar el menú. No tengo hambre. Estoy lleno. No quiero más comida. Pido un gazpacho de tomate que, me digo, es ligero como el agua y no cuenta como comida. No veo nada vegetariano en el menú, así que pienso que acabaré con una ensalada. En lugar de eso, el chef me prepara un plato encantador de su propia creación que devoro. Estoy muy agradecido de tener una banda de cintura extensible en los pantalones. Pido la pomme tarte de postre y me la como entera. Me siento allí riendo y hablando durante casi tres horas. Me levanto de la silla. Regreso al hotel con David y Simone. Subir las escaleras a pesar de la enorme barriga.