Cuándo hacer preguntas de declaración a su propio testigo
Normalmente no interrogo a mis propios testigos en la declaración. La otra parte está tomando la declaración. Y es su trabajo hacer las preguntas.
Pero de vez en cuando hay ocasiones en las que tenemos que ayudar a que el registro sea correcto. He aquí algunos ejemplos:
- Cuando el abogado defensor corta la respuesta, se debe dar al testigo la oportunidad de responder completamente.
- Cuando el abogado defensor intimida y confunde al testigo, se le debe dar la oportunidad de volver a hablar y aclarar si es necesario
- Cuando el abogado defensor se niega a permitir que el testigo se refiera a las notas u otros registros, se le debe permitir refrescar su memoria para asegurar la exactitud
Otro ejemplo se da principalmente con los peritos. La defensa no quiere que el experto testifique sobre nada que sea perjudicial para el caso de la defensa. En lugar de ello, la defensa se centra únicamente en tratar de hacer agujeros en las opiniones del experto. De acuerdo con las reglas de descubrimiento de casi todos los estados, la opinión completa del experto y la base de la opinión debe ser completamente revelada antes de los plazos del juicio. A menos que todas las opiniones del experto estén en un informe escrito o sean reveladas en una deposición, serán excluidas. Esto significa que, si la defensa no pregunta sobre todas las opiniones favorables que tiene el experto, el abogado demandante tiene que hacerlo en el registro.
Por último, si un caso puede o debe resolverse, a veces hay que hacer preguntas para mostrar a los ajustadores del seguro la solidez del caso. Los abogados de la defensa suelen centrarse en tratar de desmenuzar las diferentes cuestiones. Así que corresponde al demandante señalar los puntos fuertes. Por ejemplo:
- preguntar a los demandantes cómo les ha afectado el perjuicio
- hacer que los médicos discutan los factores de riesgo futuros y sus implicaciones
- pedir a los testigos legos que cuenten historias que ilustren la pérdida
- que los testigos oculares se encarguen de la culpa.
La decisión de hacer o no preguntas debe estar bien pensada. Hacer malas preguntas a tus propios testigos puede ser peor que no hacer ninguna pregunta.