Convención AAJ Día 0 Gary Pillersdorf
Gary Pillersdorf está hablando y su cuerpo se sacude como loco en el podio. Al menos eso creo, porque veo que tiene un brazo en alto gesticulando y la cabeza le da vueltas.
Gary es un abogado de Nueva York. Tiene el pelo canoso cuidadosamente peinado con raya a la izquierda y probablemente lleva toda su vida adulta con el mismo corte de pelo, que es bastante largo. Sus gafas cubren unos ojos arrugados, amables y vivaces. Habla con un ronco acento neoyorquino de libro de texto, salpicado a menudo de "allrights" (para asegurarse de que le sigues, que por supuesto lo harás si le escuchas lo bastante rápido). Hoy lleva un traje azul oscuro, camisa blanca a rayas y corbata roja (qué patriótico). Está ligeramente encorvado y podrías cruzarte con él por la calle sin pensártelo dos veces. Pero créame. Una vez que hayas oído hablar a Gary, nunca le olvidarás.
Nunca he oído a Gary dar un discurso, ni siquiera he tenido un momento de saludo rápido con él, en el que no haya dicho algo que me haya hecho partirme de risa. Todo lo que dice está diseñado para hacerme cosquillas. No sé de dónde saca estas cosas. Hace un segundo dijo que para conseguir un veredicto de X dólares estaría encantado "de que alguien me cortara las piernas y me llamara bajito". Tiene que ser una de las personas más graciosas que existen.
Gary es uno de los mejores abogados litigantes de Nueva York y lo ha sido durante décadas. Me gustaría verle llevar un caso. Imagino que los abogados defensores le temen. Saben que va a jugar con ellos y mantenerlos fuera de balance y lo más importante, el jurado se enamorará de él. Es como tu idea de un tío travieso pero sabio y ligeramente adorable que no intenta enseñar sermoneando, sino que lo hace encantando.
Me parece divertidísimo cuando Gary habla en programas educativos para abogados. En primer lugar, por supuesto, destaca en el mar de abogados normalmente aburridos, como un cachorro de león marino retozando. Estoy tan aburrido de escuchar a la mayoría de los abogados, lo cual es terrible de admitir ya que soy uno de ellos y amo a muchos de ellos y aprecio su buen corazón y yadayada. Pero bueno, la verdad os hará libres. En fin. En segundo lugar, todo el asunto de Gary el Educador es en realidad una gran trampa gigante. Porque no importa lo que él diga, no hay manera de que alguien pueda ser como Gary.