Día 2 de la Convención de la AAJ, justo cuando he perdido las esperanzas, ocurre algo bueno

Hoy voy al seminario de lesiones cerebrales traumáticas. Vamos a hacer un simulacro de juicio. Llego al principio (algo raro) pero lo más sorprendente es que no me voy hasta las 17:30. Una asistencia sin precedentes para mí. Inicialmente me quedo porque mi función es hacer el alegato final así que necesito saber cuáles son los hechos y los argumentos. Tengo pocas expectativas pero Gary Pillersdorf hace la apertura del demandante y ya sabéis lo mucho que me gusta. Es muy transparente, tal vez demasiado frívolo y neoyorquino para estos jurados de la costa oeste. Les sorprendo sonriéndole, porque es un encanto.

Pero incluso cuando Gary termina, el resto del día es fascinante. Mi amigo Gordon Johnson organizó el programa y debo decir bravo Gordon. Los abogados son todos muy buenos y Stewart, el juez, da el tono adecuado. También hay un asesor que dirige un jurado en vivo de personas reales. Conversa con ellos a lo largo del juicio, obteniendo sus impresiones. Al principio son un poco tímidos, pero luego le cogen el tranquillo, se sueltan y hablan con gran franqueza. ¡Ay! Me encanta escuchar sus críticas y puntos de vista, ya que coinciden con muchas de mis opiniones, excepto la del joven. Es mucho mejor de lo que pensaba. El caso se enmarca en el ámbito del temido escenario de "responsabilidad admitida". Lo que significa que están centrados en juzgar al demandante.

La mayoría de los abogados se quedan todo el día, incluso cuando su función ha terminado. Los abogados litigantes somos una raza muy competitiva. Queremos ver lo que los jurados tienen que decir. Queremos saber si vamos a ganar. Aunque esto no sea lo real.