El Tribunal de Apelación dictamina que mi discurso está protegido por el privilegio de la información imparcial

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Érase una vez una abogada que creía firmemente en el caso de sus clientes. Luchaba con ahínco. En el otro lado del caso había un abogado defensor que ella nunca había conocido. No le gustaba. Intentó intimidarla. Pero ella no se echó atrás. A pesar de que el juicio seguía adelante, él decidió presentar una demanda independiente contra ella por difamación. La intención era "enfriar" y castigarla.  

Contrató a Bruce Johnson, un conocido y respetado abogado especializado en libertad de expresión. Presentó una moción 12(b)(6) para desestimar la demanda por considerar que carecía de base legal o de hecho. El tribunal superior estuvo de acuerdo y desestimó el caso. El abogado defensor apeló, pero el Comisario del Tribunal de Apelación confirmó la desestimación. El abogado defensor volvió a apelar, pero el panel del Tribunal de Apelaciones confirmó la desestimación. 

El Tribunal señaló que "Washington ha reconocido desde hace tiempo un fuerte interés público en tener acceso a los procedimientos públicos, incluyendo un magnate constitucional para la administración abierta de la justicia". Consideró que los blogs y las publicaciones en el sitio web del abogado en los que se discutía el caso de asesinato civil eran permisibles en virtud del privilegio de información imparcial.  

Foto: La abogada en su despacho.