La complejidad es amiga de la defensa

En el juicio, la regla de David Ball es dedicar menos tiempo a demostrar la culpa que a probar la pérdida. Lo que quiere decir es que no vamos a un juicio para obtener simplemente un veredicto de responsabilidad. No es suficiente que el jurado le diga al acusado "tú lo hiciste". El jurado tiene que hacer las cosas bien. Nuestro país ha decidido que eso no se hace con el "ojo por ojo". En su lugar, el jurado establece un valor monetario necesario para que el demandante vuelva a estar en paz.

La defensa quiere desviar la atención del jurado para que haga las cosas bien. Lo hace complicando el trabajo del jurado. La defensa luchará incluso en aquellos casos en los que la culpa debería ser clarísima.

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En mi último juicio, un todoterreno conducido por un joven de 16 años cambió ilegalmente de carril y atropelló a un conductor de ciclomotor. Hubo dos testigos oculares independientes. Ambos testificaron que el conductor del todoterreno hizo un cambio de carril inseguro. Sin embargo, el abogado defensor culpó al demandante durante todo el juicio. ¿Por qué lo preguntas?

La complejidad es amiga de la defensa. Cuanto más complejo, más confusión. A más confusión, más dudas. A más indecisión, más probable un veredicto de la defensa.

En nuestro caso, el jurado no se lo creyó. Fallaron a favor del demandante.