El misterio de la desaparición del juicio del jurado civil

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Mucho antes de que el coronavirus provocara una crisis mundial que cerró los juzgados, nuestros juicios civiles con jurado habían ido desapareciendo poco a poco.

Las empresas estadounidenses descubrieron que las cláusulas de arbitraje forzoso podían utilizarse para intentar anular el derecho a un juicio con jurado en todo tipo de casos, desde las demandas de los consumidores a las agresiones sexuales en el lugar de trabajo, pasando por las catástrofes del transporte público cuando los trenes descarrilan por culpa reconocida de la empresa.

Las compañías de seguros utilizaron grupos de presión para imponer límites a las indemnizaciones y proyectos de ley de inmunidad en las legislaturas estatales y federales. Y para lanzar campañas públicas de desinformación, vilipendiando el sistema de justicia civil hasta que el pueblo estadounidense asumió que las mentiras eran hechos.

Dado que la mayoría de los bufetes demandantes son pequeños o ejercen en solitario, el riesgo de ir a juicio contra todos estos pronósticos es cada vez más desalentador. Algunos estados, como Washington, han promulgado programas de arbitraje en los que los casos menores de lesiones personales pueden juzgarse en una vista informal ante un árbitro, normalmente un abogado o un juez jubilado. Si bien esto es más rentable y menos arriesgado, también significa que los casos no están siendo juzgados ante una comunidad de pares como fue diseñado por nuestra constitución. Significa que muchos abogados nunca aprenden a juzgar un caso.

En el otro extremo del espectro, es habitual que los grandes casos de negligencia médica se juzguen ante un juez jubilado, también sin jurado. Este proceso no se impone a los abogados demandantes, sino que es voluntario.

Así que, mientras que las grandes empresas y las compañías de seguros son culpables de la mayor parte de esto, los abogados somos culpables del resto.

El hecho de que sea más fácil, más barato y menos arriesgado recurrir al arbitraje no significa que sea lo correcto. Nuestro derecho constitucional de la 7ª Enmienda a un juicio con jurado es precioso. No lo respetamos ni lo protegemos permitiendo que ganen los grandes o tratando de eludirlo.

Parte 1 de 2.

Foto: mi último juicio con jurado