Hoy un escritor fantasma se ha ofrecido a escribir en secreto mi blog.
Antes de borrar su spam, eché un vistazo a los enlaces de las empresas para las que escribe. Apuesto a que se alegrarán de saber que han sido descubiertos.
Es muy sospechoso contratar a alguien para que escriba en un blog jurídico sin revelar que el escritor: a) no es miembro del bufete y b) no es abogado. Además, mantener un blog por el mero hecho de tenerlo es un poco cutre.
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